Durante el segundo fin de semana de mayo el casco antiguo de la ciudad de Eivissa, conocido con el nombre de Dalt Vila, se transforma en un mercado medieval en el que hay lugar para vendedores ambulantes, nobles, faquires, encantadores de serpientes o juglares.
Así mismo, es la puesta en escena de una gran fiesta con la que el Ayuntamiento de Eivissa celebra la declaración, por parte de la Unesco, de cuatro elementos naturales y culturales de la isla como Patrimonio de la Humanidad. Dicha declaración tuvo lugar en diciembre del año 1999.
Cabe destacar que, en esta fiesta participan unos 200 puestos de venta artesanos y un centenar de artistas y que, progresivamente, se están introduciendo en el programa actos de carácter más cultural que, unidos a los puramente lúdicos, intentan ahondar un poquito más en la historia de nuestra ciudad.