Arribada dels Reis a Sencelles
La arribada de los Reyes Magos a Sencelles y Biniali es un momento mágico que llena de ilusión a grandes y pequeños. En la tarde del 5 de enero, las calles se visten de expectación y alegría. Los niños, con los ojos brillantes, esperan ansiosos la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar. Las luces parpadean en las fachadas, y el aire se impregna de olor a incienso y caramelos.
Los Reyes, montados en sus majestuosos camellos, avanzan lentamente por las calles adoquinadas. Sus túnicas relucen bajo la luz de las farolas, y sus coronas destellan como estrellas en el cielo. La gente se agolpa en las aceras, agitando banderitas y aplaudiendo con entusiasmo. Los niños alzan sus cartas, llenas de deseos y sueños, esperando que los Reyes las recojan.
En la plaza del pueblo, un escenario se erige frente a la iglesia. Allí, los Reyes se dirigen a la multitud con palabras de esperanza y amor. Melchor, con su barba blanca y mirada sabia, habla de la importancia de la solidaridad y la fraternidad. Gaspar, con su sonrisa afable, recuerda la magia de la infancia y la necesidad de creer en los sueños. Baltasar, con su piel oscura y ojos profundos, habla de la diversidad y la igualdad.
Los niños se arremolinan alrededor de los Reyes, ansiosos por tocar sus mantos y recibir caramelos. Las risas y los vítores llenan el aire, y todos se sienten parte de algo más grande. La noche se vuelve un cuento de hadas, donde los deseos se hacen realidad y la magia fluye en cada rincón.
Así, entre risas, abrazos y miradas cómplices, los Reyes Magos dejan su huella en Sencelles y Biniali. Y aunque la noche termine, la ilusión perdura en los corazones, recordándonos que siempre hay espacio para la esperanza y la bondad.
¡Felices Reyes! 🌟👑🌟